Anemia...

Anemia…

Cuando hablamos de población y demografía lo entendemos con sólo echar un vistazo a la pirámide que representa los datos, peor parece que al hablar de economía nos cuesta entender un poco más que parte de nuestros problemas vienen de una estructura económica insostenible, debido a lo mucho que adelgazamos la base.

Lo cierto es que todos sabemos que le sector servicios genera riqueza, y que estamos seguros de que un mundo con peluqueros, con maestros, jueces y médicos es un mundo mejor que uno en el que no existiesen estos profesionales. Eso está claro. Lo que parece más difícil de entender es que este sector es un multiplicador de los sectores productivos, peor en sí mismo no genera nada, y que una sociedad o una economía basadas principalmente en los servicios no puede sostener se en modo alguno, a no ser que su balanza de pagos sea claramente excedentaria.

Pongamos un ejemplo: Tenemos un pueblo de cien habitantes. En el pueblo hay quince peluqueros, un cura, un boticario, un médico, un alguacil y un maestro. ¿De qué vive el pueblo? Obviamente, de nada. Ese pueblo no puede vivir. Los peluqueros se cortan el pelo entre ellos, dan limosna al cura, llevan los hijos al maestro y se compran medicinas y cuidados médicos a cambio de cortes de pelo… Es claramente ridículo. Pero en la sociedad a gran escala no lo vemos.

Para que el pueblo pueda mantener su existencia hay que añadir diez agricultores, cinco ganaderos, y veinte jubilados que ingresen sus pensiones, por ejemplo. Los agricultores y ganaderos darán de comer al pueblo (algo imposible de evitar) y sus excedentes se venderán fuera, para que a cambio se compre lo que falte. Pero sin estos agricultores y ganaderos no hay nada que vender, y la única manera de traer ingresos exteriores al pueblo es el turismo.

Bien, pues en España estamos en una situación similar: el turismo trae ingresos exteriores, pero la compra de petróleo se los come con creces. De hecho, hasta hace muy poco nuestra balanza comercial era salvajemente deficitaria. Si queda anulado lo que se ingresa por exportaciones y turismo, ya que es inferior a lo que se gasta por importaciones, ¿qué tenemos? Tenemos que todo el país, todo en absoluto, se basa en una serie de actividades productivas que han ido viéndose reducidas con los años. Cierre de las minas, cierre de explotaciones agrarias y ganaderas, cierre de fábricas…

¿Y qué nos queda al final? Tenemos a 16 millones de personas activas para mantener un país de cuarenta y cinco millones de habitantes. Y de esos 16 millones, 3 millones son funcionarios, que también producen, pero no aportan, es decir, reciben su sueldo de las aportaciones del resto. Estamos así en que trece millones de trabajadores pagan las pensiones y el funcionamiento de todo el resto.

La pregunta que aún nos falta por hacer es cuántos de esos trece millones incrementan la producción y cuántos son como los peluqueros y, el maestro, el cura y el boticario del pueblo del ejemplo. No llega a la mitad.

Hay que decirlo claro: no podemos vivir de cortarnos el pelo unos a otros. No podemos vivir de enseñarnos unos a otros. No podemos vivir de vendernos aspirinas unos a otros. Todo eso es necesario, imprescindible incluso, pero sin producción real no hay economía ni calendario económico. Solo anemia. O economía financiera, que es lo que ahora se impone.

Por cierto, echad un ojo a Teletrade, por si eso os va.

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