Sólo fachada

Sólo fachada

Yo creo que ya está bien de narrativas inútiles sobre lo que pasa en nuestra sociedad.

A veces tengo la impresión de que los cuentos se han instalado en nuestra vida, y no para prolongarnos la infancia, sino para llevarnos a una especie de limbo de la tontería donde las cosas nunca funcionan como esperábamos. Y la gente, en vez de madurar, se frustra.

Hablemos claro:

El cuento de Cenicienta es la historia de una mala decisión, una traición, o algo peor.

Cuando el Hada Madrina ayudó a Cenicienta ascender en su posición social, lo que realmente hizo fue desterrarla del mundo donde podía emplear sus habilidades y colocarla en una posición donde sería absolutamente incompetente.

El príncipe, que sin duda era un irresponsable y un vividor, pro las cosas que se nos dicen de él, estuvo encantado las primeras semanas con su guapa y joven esposa, pero sin duda se cansó pronto de los modales de aldeana de la muchacha, de su nula conversación y de su incapacidad para comprender las maquinaciones y entresijos de la corte. Porque el hada madrina la invitó a un baile y le dio la ocasión de brillar unas horas, pero ni le presentó a la gente que debía conocer, ni le enseñó modales, ni la educó convenientemente para enviar que su marido no se sintiese terriblemente solo hablando con ella de cosas que no entendía.

Torpe y extraviada, además de inculta, Cenicienta  no tardó en caer en desgracia entre la familia del Príncipe y el personal de la Corte, que se divertían haciendo bromas a su coste, y por extensión, a costa del Príncipe y la Monarquía entera. La Reina Madre acabó montando en cólera y el Príncipe fue cada días más infeliz. El matrimonio estaba abocado al fracaso.
Cenicienta hubiese sido feliz casada con un guapo leñador, pero su hada madrina la estafó miserablemente, y a buen seguro se pasó mucho tiempo tronchándose de la risa a costa de la que había armado metiendo a una palurda en el Palacio Real.

Fraudes como este vemos muchos a diario, pero no voy a señalar ninguno en concreto. El que quiera, que entienda.

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