Sentir general

Sentir general

Reproducimos hoy un comentario aparecido en el foro de Invertia, y firmado por un usuario que se identifica como Arnelas. Si el autor quiere aparecer con su nombre, estaremos encantados, por supuesto, de añadir su firma al artículo.

A nuestro entender, describe mejor que nadie el gran fraude de las participaciones preferentes.

Algunos piensan que los viejos de este país son una pandilla de especuladores egoístas que buscan constantemente donde ganar más y más dinero. Y no digo que no haya algún viejo que obedezca a ese perfil, pero la inmensa mayoría son sólo pequeños ahorradores que buscan una única cosa para el dinero que han ahorrado durante toda su vida con esfuerzo, sacrificio y renunciando a muchas cosas. Son jubilados que buscan sólo seguridad, saber que nadie puede quitarles el dinero que ahorraron a lo largo de tantos años, porque si alguien lo hace y les quita o les hace perder sus ahorros buena parte de su vida pierde todo el sentido. Y el tiempo sólo corre hacia adelante, nunca corre hacia atrás, de manera que no pueden volver sobre sus pasos, actuar de otra manera y recuperar el sentido de su vida.


Ese dinero ahorrado es para poder ayudar a sus hijos en caso de necesidad, o para hacer frente a una invalidez, o al coste de los cuidadores en caso de enfermedades como un alzheimer, trombosis, esclerosis, demencia senil, etc… No es para especular en ninguna inversión ni para pegarse la vida padre. Los viejos sólo quieren mantener su dinero a salvo, por si acaso. 

Creo que la mayoría de los que ponen a parir a los viejos víctimas de esta estafa no se hacen a la idea de lo que puede suponer para una persona sencilla, que ha tenido lo justo para vivir, el que su vida y sus renuncias pierdan todo el sentido. Es una tragedia. Ojalá que no tengan que sufrirlo en sus propias carnes. No saben de lo que hablan cuando dicen tantas barbaridades acerca de nuestros viejos. 

Esos hijos de puta que llevan tantos años sangrando al país, es decir, nuestra impresentable clase política, llevaron a la quiebra al conjunto de cajas de ahorro y algunos bancos, dirigiendo el dinero de los ahorradores hacia los bolsillos de amigos y familiares a través de negocios estúpidos (financiando promociones que no se han vendido, empresas inútiles y absurdas, etc…) y después del desaguisado diseñaron desde sus sillones del consejo de administración de esas entidades quebradas un milagro contable, consistente en mover todo el dinero que hiciera falta desde el PASIVO EXIGIBLE de la entidad hacia otros asientos contables, los de los accionistas y tenedores de bonos. Ese movimiento hacia el “Core Capital” de los cojones permitía soportar unas carteras de créditos fallidos de dimensiones siderales que, por supuesto, no se debían a las hipotecas de los honrados y esforzados ciudadanos españoles, sino a las aventuras empresariales de sus amiguetes y familiares en el ladrillo y fuera del ladrillo. El milagro de los panes y los peces en versión cañí. 

Para mover ese dinero no bastaba con una orden del director financiero de la entidad, puesto que el dinero no era de la entidad, sino de los depositantes, y por tanto eran necesarias las firmas de los titulares de los depósitos. Que nadie dude que si hubiera sido posible hacerlo con un simple asiento contable lo habrían hecho. En consecuencia dieron orden de endosar participaciones preferentes y emisiones de deuda subordinada a todas las personas que tuviesen ahorros. 
En esta casa de putas que tenemos por país se da la circunstancia de que la mayoría de los ahorradores son viejos porque los jóvenes, con los salarios mileuristas que ganan la mayoría de ellos, no tienen ninguna capacidad de ahorro y sólo pueden aspirar a llegar a fin de mes, algo que ahora ya empieza a ser otro milagro gracias a los sinvergüenzas que dirigen el país. Por eso la inmensa mayoría de afectados por esta estafa son viejos. Pero que nadie dude de que si hubiera en este país una sana clase media menos “vieja” habrían diseñado una operación similar ex profeso. 
Los directores y subdirectores de las sucursales de las cajas de ahorros obedecieron en su mayoría a pies juntillas, supongo que motivados con algún pago variable en función de objetivos. Algunos han sido tan tontos que han endosado esos productos a su propia familia (hay directores de sucursal que dan vergüenza ajena por sus escasos conocimientos, ya que ocupan ese puesto por enchufe del partido correspondiente) La mayoría han sido simplemente unos desalmados que han engañado a los viejos a los que deben su salario para poder comprarse un Audi último modelo. Y los menos han sido personas honestas que le han echado cojones, han antepuesto su conciencia a los objetivos de la entidad y se han negado a colocar ese producto a sus clientes. 
El PP y el PSOE hacen a diario una representación teatral en este asunto. Sólo están ganando tiempo para ver si son capaces de conseguir que la estafa vea reducida al menos en parte su extensión. Los dirigentes de ambos partidos tienen que callar, puesto que son los responsables de la estafa en las cajas de ahorros de las autonomías que cada partido gobernaba. CiU ídem de ídem. Se tienen unos a otros agarrados por los huevos y se dicen ¿verdad que no nos vamos a hacer daño? Com caso excepcional el PNV creo que al menos en este caso particular no ha cometido ningún desmán. 
La prensa publica constantemente noticias morbosas relacionadas con las tragedias particulares de las personas afectadas, y los telediarios nos los exhiben a la hora de la comida como hacen con los niños africanos cada vez que hay una hambruna. Pero ningún medio de comunicación ha hecho aún ninguna investigación en serio, poniendo nombres y apellidos a los responsables, describiendo los mecanismos de la estafa y explicando qué es lo que previsiblemente va a pasar. Como tampoco se molestan en comprobar si las cifras optimistas que proporcionan las autoridades sobre el grado de avance de los arbitrajes son ciertas o no lo son. Ni describen con pelos y señales que en el caso de que el afectado opte por el proceso judicial vivirá un largo camino de lágrimas, porque aunque el juez dé la razón al afectado, la entidad recurrirá y el caso tardará años y años en solucionarse cuando llegue a la instancia superior, probablemente cuando el afectado ya no esté en este mundo. 
Es la mayor estafa de la historia de España, sin ninguna duda. Y eso ha sido posible porque con anterioridad se han cometido estafas de dimensiones estratosféricas en las que los responsables se han ido de rositas y han quedado como auténticos triunfadores (Banca Catalana, adjudicaciones de los activos de Rumasa, etc…) 
El que no vea la estafa está ciego. Y el que eche la culpa a los pobres viejos (salvo excepciones de gente codiciosa, que algunos hay) es un desalmado, exactamente igual que los directores de las sucursales, porque al fin y al cabo el argumento es el mismo, que conocían el riesgo ¿verdad que si?

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