tiendaEl pequeño comercio fue siempre considerado por Hacienda una bolsa especialmente procilve al fraude fiscal, razón por la que trató de incluirlo, con la máxima amplitud, en el sistema de módulos, ya que de ese modo al menos obtendría un mínimo de recaudación.

De todos modos, el sistema de módulos no es obligatorio, por lo que hay aún muchos pequeños comercios minoristas que tributan por el sistema directo (diferencia entre ingresos y gastos) lo que mantiene en pie las viejas suspicacias.

En los casos en que los comercios tributan por módulos, se suelen tener en cuenta variables como la superficie del local, número de empleados, electricidad consumida o vehículos asignados a la empresa, pero eso induce a los comerciantes a resistirse a dar de alta tanto los vehículos como los trabajadores, siempre que el riesgo no es demasiado elevado. En cuanto a los locales, no son extraños los casos en que estos se han reducido hasta la mínima expresión para lograr que el resto del espacio disponible se considere almacén.

Además, en los casos en que los comerciantes se han acogido al sistema de módulos, el fraude aparece por otro sitio: presionando a los proveedores, de cualquier tipo, a que les facturen sin IVA. Los grandes distribuidores suelen negarse rotundamente a ello, pero los medianos y pequeños acceden fácilmente a esta exigencia, muy en especial en los gremios de la alimentación y la confección, donde nadie puede controlar realmente las cantidades producidas.

De este modo, un horticultor puede vender sin IVA su producción a una tienda o puesto de plaza de abastos. La tienda de alimentación cobra el IVA al consumidor, pero como no tiene el deber de ingresarlo (porque está en módulos), lo convierte en un mayor ingreso a costa de Hacienda.

En los casos en los que el comercio mantiene el sistema directo y no se ha acogido a módulos, elprocedimiento es aún más sencillo: vender lo que nunca has comprado. Si no se declara a los proveedores, o se declara una parte menor de la real, todo lo que se vende no aparece tampoco en ingresos y por tanto no aparece en beneficios. Por eso, aunque le salga más caro, a un tendero le puede interesar comprar a título particular lo que luego vende en su tienda, pues ni paga la diferencia entre el IVA soportado y el repercutido ni paga tampoco un sólo céntimo de impuesto sobre el beneficio.

Este procedimiento defraudador se realiza también a menudo en bares y cafeterías, y hablaremos de él más adelante.

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