El otro dÃa os hablaba de cómo se blanquea dinero comprando billetes de loterÃa premiados, y de cómo, pagando un porcentaje por encima del premio, el dinero se convierte en absolutamente legal y exento de impuestos.
Eso es lo común, pero conozco un caso que me llamó mucho la atención en su momento y que aprovecho para contar ahora: el curioso caso del empresario que compraba billetes de loterÃa NO premiados.
Como era una persona conocida, no podÃa ir por ahà pidiendo billetes de loterÃa sin premio, ni se atrevÃa tampoco a ir metiendo la mano en las papeleras de las administraciones de loterÃa, asà que dijo ser coleccionista y pagaba veinticinco pesetas por cada décimo, aunque estuviese repetido. Ya veis que la cosa es antigua porque se habla de pesetas.
Los chavales del barrio, como os podéis imaginar, se mataban por esos billetes de loterÃa y no tenÃan inconveniente en saquear las papeleras de la ciudad entera, pedirles a sus padres los billetes no premiados y recolectarlos por todas partes para ir a la oficina de este individuo y ganarse unos buenos cuartos.Â
Por aquel entonces yo era mucho más pardillo que ahora y sólo me pareció raro, pero no le cogà el truco al asunto. Algunos años después, hablando con un cliente, salió el tema y me enteré de lo que sucedÃa:
Aquel empresario habÃa usado tantas veces ya el truco de la loterÃa premiada para blanquear ingresos no declarados, que Hacienda lo tenÃa en el punto de mira. Te pongas como te pongas, no eres capaz de hacer creer al Fisco que te ha tocado la loterÃa once veces en un año, y asà cinco o seis años seguidos. Sin embargo, la presunción de inocencia sigue siendo válida, y al tipo este se le ocurrió que si demostraba que se gastaba una verdadera barbaridad en loterÃa podrÃa acreditar que jugando tanto como jugaba no era de extrañar que le acabase tocando.
Para eso querÃa los décimos sin premiar: para demostrar que se gastaba cincuenta o sesenta mil pesetas semanales en loterÃa y que de ese modo, con un poco de buena suerte, le tocaba de vez en cuando.
El procedimniento no debÃa de ser malo del todo, porque siguió ganando a la loterÃa, se jubiló y no lo pillaron nunca.
A mà me queda el consuelo de que me pilló un poco mayor y nunca rebusqué papeleras para venderle un décimo.
Flaco consuelo.
Al principio pensaba que se trataba de encontrar billetes premiados tirados a la basura por equivocación, como este otro caso de en apuestas de caballos (http://facilparanosotros.blogspot.com/2010/02/como-ganar-dinero-recogiendo-papelitos.html)