Por supuesto, la cosa no se ha calmado con el rescate, ni se va a calmar con esos pases toreros que tanto le gustan a Rajoy. No les vamos a engañar. Saben lo que quieren y se lo damos o no se lo damos, a elegir, pero con ellos no va a colar lo de cambiarles oro por baratijas.
La prueba está en lo mucho que el impresionó toda la comedia a Moody´s. Nos bajaron tres escalones de golpe en la calificación crediticia y se quedaron tan anchos. Asà que en estos momentos, quizás sea bueno preguntarse qué es lo que está pasando y qué es lo que quieren los mercados.
El tema se presta a la demagogia, a dar voces y a señalar con el dedo, asà que lo más importante es hablar claro: los mercados sólo tienen poder sobre la deuda, o sea, que no pueden hacer nada con un paÃs que gasta menos de lo que ingresa.  El poder de los mercados de capitales no se origina en unos bichos feroces y mnalÃsimo, venidos del espacio, conspirando para machacar paÃses. Esto no es Mars Attacks. El mal radica en los presupuestos que se aprueban, año tras año, dando por bueno que el gasto se mayor que los ingresos.  Esa es la razón por la que los dictadores nacionalistas de todo signo, Franco y Ceaucescu, por ejemplo, se negaban a tener déficit y se negaban a tener deudas: para poder seguir haciendo lo que les diera la gana.  Resumiendo: el que se endeuda pierde su independencia, algo que todos sabemos pero que a veces parece que preferimos pasar pro alto.
Definida la mayor, pasamos a qué es lo que quieren los mercado.  La respuesta es simple: cobrar su deudas.  Y además de cobrarlas, que les salga lo más rentable posible prestar. Porque eso que se llama de manera grandilocuente los mercados es en realidad el dinero de las pensiones de los japoneses y los americanos. Y a esos viejecitos lo único que les interesa es que es les pegue bien y a tiempo. Y que se les atienda en el hospital.  Los fondos de inversión, en buena medida, son eso.
Y luego resulta que el mercado de deuda a nivel mundial es enorme, y los que tienen el dinero pueden elegir a quién se lo prestan.  Por tanto, para que te lo presten a ti y no a Alemania, tienes que ser más rentable, ya que no puedes ofrecer la misma seguridad que Alemania, que les parece más solvente a los que tienen el dinero.  El problema viene cuando además de Alemania y Japón, empieza a haber montones de paÃses que parecen más solventes que el tuyo.  Cuando los que tienen la pasta prefieren prestársela a Chile, a Indonesia, a Canadá y a Serbia, entonces tienes un problema de carajo.
Y ahà estamos: los que tienen dinero para prestar prefieren dejárselo a cualquiera antes que a nosotros, por lo que tenemos que convencerlos a fuerza de pagar más para que lo inviertan en nuestros bonos del Estado.
¿Y qué quieren los mercados para dejarle a España el dinero un poco más barato?  Quieren tener la impresión de que vamos a ser capaces de generar riqueza para devolver la pasta y la impresión de que no tiramos la pasta o nos la gastamos en alegres juergas.Lo que tenemos que entender es que para ellos, «juerga» es cualquier cosa que no produzca riqueza y por ende posibilidades de devolver las deudas.
Por eso les cabrea tanto que hayamos hecho recortes en inversión y no en gasto.  Y por eso no nos dejarán en paz hasta que los recortes vayan a por el gasto.  O sea: funcionarios, pensiones y subsidios de desempleo.
Lo gordo. Â Lo sustancioso. Â Las cosillas de cuatro perras para hacer justicia y quedar bien las consideran folclore.
Y no están para folclore…
Efectivamente, el cortar inversiones como I+D en un momento en el que está claro que hay que cambiar el sistema productivo es suicida, pero el resultado lógico del sistema actual. Al final los polÃticos se guÃan únicamente por la rentabilidad polÃtica de sus acciones, y cortar en ciencia genera menos protestas que en pensiones o desempleo.
Aun asÃ, creo que antes que tocar pensiones y desemplo creo que conviene plantearse otros recortes igual de efectivos y desde luego más justos.
Por ejemplo tenemos 4 niveles de administración, y está claro que sobra uno. Otro ejemplo es que no me parece justo que las personas con mayor capacidad adquisitiva tengamos gratis la educación o la sanidad. DeberÃa haber una progresión en coste.
Y que decir de nuestro ejercito, que tenemos desplegado por medio mundo, en el que malgastamos millones para equiparlo con equipo no quieren o necesitan, exclusivamente para garantizar contratos de armamento, como con el contrato del eurocopter tiger. Resultado: 25000 millones de deuda.
En resumen, nuestro problema no es el gasto, ni el atraso de las industrias, ni siquiera el mercado laboral. Son los polÃticos, que en vez de dirigir el paÃs se dedican a defender sus privilegios y sus puestos, y hasta que no resolvamos este problema, no saldremos del agujero.