La idea de que paguen más los que más tienen ya está consagrada en la Constitución cuando dice que los impuestos deben ser progresivos. Sin embargo, y sobre todo en momentos como este, se nota en el aire la tentación de subir los impuestos a los ricos. En principio podrÃa parecer razonable, pero el caso es que no se trata de una idea apoyada en bases más o menos razonadas, sino en una expresión polÃtica de la envidia, la inquina, la mala fe y todos esos maravillosos sentimientos que nos han convertido en un paÃs donde resulta peligroso de niño sacar buenas notas y resulta antiestético, de mayor, que te vayan bien las cosas.
Subir los impuestos a los ricos, aunque ya hayamos decidido que es una buena opción, porque nos aumenta la adrenalina y nos hace salivar, tiene una serie de consecuencias. Vamos a ellas:
-NO sube la recaudación. Cuanto más subes los impuestos a los ricos, menos recaudas. Los ricos, por definición, pueden pagara muchos asesores, llevarse el dinero a otra parte o simplemente largarse con lo suyo a tomarse daikiris a las Bahamas. Es un hecho. Y si se organiza una gran revolución y se les expropian sus fábricas, a los cuatro dÃas esas factorÃas se convierten en estercoleros socialistas donde nadie trabaja, nadie cobra nada y ni siquiera se puede emigrar.
-Hay muchos, muchos ricos que han llegado a serlo por herencia y que son unos verdaderos inútiles. Esos, con un poco de tiempo, desaparecen ellos solos, repartiendo lo suyo entre gente más espabilada, asà que no causan impacto ambiental. Pero hay que tener en cuenta que muchos ricos lo son porque se atreven a montar empresas, porque inventan algo, estudian algo o son habilidosos en algo. Cuando se les suben los impuestos, se les desincentiva a trabajar, porque nadie, salvo los misioneros y los cooperantes, trabaja para los demás de buen grado. Tener a esa gente parada o inducirlos a que emigren es un desastre a medio y largo plazo.
-Sólo invierte el que tiene dinero. Para crear empleo hay que encontrar a gente que lo tenga y que lo arriesgue. Recordad que el Buen Samaritano, además de buen corazón, tenÃa pasta. Cuando te llevas un porcentaje abusivo de las personas que ganan mucho estás impidiendo que estos amplÃen su empresa o cerrando empresas ya creadas. Y ahà volvemos al punto primero: al cerrarse empresas, se pierden cotizaciones, se  pierden impuestos…. Y SE RECAUDA MENOS.
-A partir de cierto nivel de ingresos, se incentiva el fraude. Si la mitad del  lo que ganes, o más, se lo va a llevar el Estado, entonces resulta interesante no facturar, trabajar en negro, y dar la espalda al sistema. Los ricos también tienen su corazoncito, y cuando se sienten maltratados, se resisten
De veras: no se consigue atraer inversión extranjera dando a entender que odiamos a los que tienen el dinero. De verdad. Asà que a ver si es posible que sigamos siendo unos envidiosos muertos de hambre, pero sólo de puertas adentro y que no se entere nadie…
Mentira. Veamos el ejemplo que nos da nuestro insigne señor marqués. Resulta que tenÃa una cuenta en Suiza abierta desde el año 36 en la que las malas lenguas dicen que tiene 2000 millones. Y eso que la fiscalidad en este paÃs para los ricos es baja, baja, baja, pero eso a estos cabrones les da igual, todo lo que sea superior a 0 ya es mucho. Asà que no vengas con la monserga de «es que si les subes los impuestos se irán». Anda que no hace años que se fueron.